Es, por cierto, una de las virtudes del ser humano. Se potencia ante las situaciones límite, en las que, por ejemplo, están en juego la vida de otros o de la propia, cuando se busca llegar a la verdad de una circunstancia o se pretende justicia en un hecho determinado. Pero no siempre esta es constante. Se necesita un convencimiento, una confianza en uno mismo, un temple especial para no bajar los brazos ante las adversidades y seguir adelante. Y aunque a veces no se logra totalmente el objetivo, en ese camino de lucha, no exento de sufrimientos y sinsabores, se han ido desentrañando misterios, se ha crecido como persona, en particular cuando la lucha individual se comparte y se redobla con aquellos que padecen un trance similar.
Luego de diez años de la desaparición de su hija, María de los Ángeles "Marita" Verón, ocurrida el 3 de abril de 2002, que había salido de su casa en el barrio El Bosque, rumbo a la Maternidad, comenzó la lucha de Susana Trimarco. Su decidida acción por averiguar el paradero de su hija la llevó a penetrar en el submundo. Comenzó a desentrañar la compleja madeja de la trata de personas y recorrió los prostíbulos de varias provincias, donde surgían pistas sobre los pasos de su hija. Su decidida acción influyó para que la Policía de Tucumán creara en 2007 la División de Trata de Personas y comenzara a debatirse el asunto en el Congreso de la Nación. El 29 de abril de 2008 fue promulgada la ley 26.364 referida a la trata de personas.
En 2007 el gobierno de los Estados Unidos le otorgó el Premio Internacional al Coraje, concedido por el Departamento de Estado de EEUU sólo a líderes de países emergentes, cuyas acciones promueven la libertad, la justicia, la paz y la igualdad. Ese año, Trimarco creó una fundación cuya misión es asistir y proteger a las víctimas de las redes de prostitución. La exitosa telenovela "Vidas robadas", que tuvo por protagonistas Facundo Arana, Mónica Antonópulos y Soledad Silveyra, y abordó la historia de "Marita", difundió el caso de su desaparición en todo el país.
La labor de su fundación permitió rescatar de la prostitución a varias jóvenes. En los últimos tiempos, Trimarco obtuvo el apoyo de la Presidenta de la Nación -fue distinguida por la mandataria el domingo pasado-, fue postulada para el Premio Nobel de la Paz y el mandatario provincial le cederá un predio para que ella construya un centro comunitario para las mujeres que son asistidas por su entidad.
Esa lucha sin tregua, como la que también mantiene Alberto Lebbos por encontrar a los responsables del crimen de su hija Paulina, ocurrido hace más de seis años, o la de los familiares de los desaparecidos durante la última dictadura militar, más allá de los resultados esperados, nunca es en vano porque permite dilucidar mundos ocultos o deliberadamente camuflados para que la verdad no se conozca. La historia demuestra que esta, tarde o temprano, sale a la luz.
Independientemente del veredicto del caso de "Marita" y aunque la joven continúa desaparecida, en estos diez años, la lucha de Susana Trimarco ha servido para avanzar en el conocimiento del modus operandi de este siniestro submundo, amparado en el poder político, y para que se lo combata.
Los que nunca bajan los brazos nos recuerdan siempre que en la lucha se puede perder, pero si no se lucha por una causa, por la justicia y por una sociedad digna, estamos perdidos.